LíderSoy Enero 2014 | Page 23

2. Tienes una inequívoca habilidad para disfrutar de cada momento.

Esta es una hermosa característica que te confiere tremenda alegría de vivir a cada instante de tu existencia. Vas caminando por tu vida y todo te emociona. El momento más trivial lo empiezas a ver como una gran oportunidad de disfrute. Todo te empieza a parecer mágico y digno de disfrutarse.

3. Pierdes el interés en juzgar a los demás.

Es cuando ya no quieres opinar acerca de lo que hacen los demás, incluso llegando más allá y perdiendo el interés de juzgarte a ti mismo. Simplemente porque ya no te interesa. En tu vida hay cosas muchísimo más importantes y valiosas para experimentar. Es cuando descubres que cuando criticas o juzgas a los demás, nunca los defines a ellos, sino que tan solo con cada juicio que emites, te estás definiendo tú mismo. El tiempo y espacio para estar en paz se te hace tan preciado que criticar a otros resulta en un tiempo imposible ya de invertir. Lo que hagan los demás es algo que ya te tiene sin el más mínimo cuidado. Tú te encuentras en paz y eso empieza a ser más que suficiente para ti. Con el tiempo no tan solo pierdes el interés en juzgar o criticar a los demás, sino que increíblemente los empiezas a querer así tal como son, llevándote la sorpresa de que entonces así ellos te quieren más a ti. Esto es una manifestación de que recibes lo que das.