LPC Héctor Guillermo García Guerrero
El carrusel del año
El año comienza y las resoluciones que nos hacemos al terminar el año son el primer paso de la mayoría de nosotros para enfrentar los 365 días que se nos avecinan; estatutos y compromisos son los que nos establecemos como curso de vida esperando a cumplirlos con creces y llegar al fin del tiempo establecido con bombo y platillo, tareas tan comunes como “dejar de tomar”, “ir al gimnasio”, “bajar de peso”, “casarme”, etc. son algunos de tantos, sin embargo estos en la gran mayoría son inalcanzables y si tú eres uno de los que lo ha logrado mis más sinceras felicitaciones, haz logrado el cambio esperado.
Pero si en esta lectura esperas leer sobre resoluciones y como alcanzarlas con facilidad, las mejores formas de obtener el cambio tan deseado, o como obtener resultados de éxito, déjame decirte que estás leyendo en el lugar equivocado. El año que ha pasado dejamos cosas por hacer, eventos sin realizar, relaciones terminadas y un sinfín de experiencias perdidas, es la realidad, aceptémoslo. Sin embargo no es el fin del mundo (afortunadamente), es solo cuestión de enfocarnos en las pequeñas cosas que nos rodean y que nos indican si hemos cerrado un ciclo o se ha quedado inconcluso.
Estos pequeños detalles que pasamos por alto mientras estamos en curso de
una relación, trabajo, actividad o evento cualesquiera, son los que nos indican
que hemos terminado una pequeña parte de nuestra vida de forma satisfactoria,
por ejemplo, ¿cuantas veces al dejar un trabajo notas a clientes fuera del entorno
laboral, proveedores o ex trabajadores del mismo?, ¿notas esa persona que te
ve con ojos de amor cuando terminas tu relación de pareja?, ¿has notado que tu
resistencia baja al dejar de correr esa vuelta extra?, estos detalles son los que
nos indican que un ciclo ha terminado, comenzamos a ver las cosas desde otro
punto de vista, uno más amplio y que nos permite divisar nuevos horizontes y
entablar ciclos frescos para continuar creciendo como personas, dejamos el ruedo
y comenzamos a ver los toros desde la barrera.
En cambio, al seguir dentro del círculo, sin darle un apropiado fin a estos ciclos
nos hacen miserables, seguimos enganchados al pasado, atormentándonos sin
piedad y no vemos más allá de nuestras propias narices, estamos en el carrusel
de vida; nos ha pasado en alguna ocasión que al terminar una relación de pareja
no nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, evitamos personas,
salidas a divertirnos, momentos de esparcimiento personal, entre otros, nos hace
quedarnos estancados en lo que tuvimos y en lo que esperábamos de esa relación
y seguimos pensando una y otra vez que fue lo que salió mal, donde estuvo el
error, a donde vamos a parar y nos impide comenzar nuevas actividades.
Lo anterior no es un ciclo cerrado, es un carrusel sin terminar y con esto todavía
nos atrevemos a comenzar una nueva resolución al fin de cada año esperando se
cumplan por arte de magia, sin haber dado por terminado lo que el año anterior
nos propusimos. Entonces debemos de ver qué fue lo que no hicimos los 365
días anteriores y darlos por terminado, poner un hasta aquí a los eventos que
nos marcaron para así dar el siguiente paso a una nueva y mejor aventura, de lo
contrario cada año que pasa estaremos proponiéndonos lo mismo una y otra vez
sin dar por finiquitada nuestras experiencias de vida.
Si bien es cierto que hay que vivir en el presente, el futuro todavía no llega y el
pasado ya se fue, pero es bueno voltear de cuando en cuando y ver qué es lo que
no hemos terminado, en cualquier campo de nuestras vidas, para poder disfrutar
de nuestro presente y plantear un mejor mañana. No es lo mismo decir “este año
termine muchas cosas” a decir “este año me faltó, el próximo lo hare, ya verán”.
Así que este año que comienza te invito a que voltees y mires que no cerraste el
año anterior y te propongas terminar ese ciclo que falta, para así poder avanzar
a uno mejor, más fructífero y apremiante. Bájate de ese carrusel, la feria tiene
muchos juegos por disfrutar.
Pero si en esta lectura esperas leer sobre resoluciones y como alcanzarlas con facilidad, las mejores formas de obtener el cambio tan deseado, o como obtener resultados de éxito, déjame decirte que estás leyendo en el lugar equivocado. El año que ha pasado dejamos cosas por hacer, eventos sin realizar, relaciones terminadas y un sinfín de experiencias perdidas, es la realidad, aceptémoslo. Sin embargo no es el fin del mundo (afortunadamente), es solo cuestión de enfocarnos en las pequeñas cosas que nos rodean y que nos indican si hemos cerrado un ciclo o se ha quedado inconcluso.
Estos pequeños detalles que pasamos por alto mientras estamos en curso de una relación, trabajo, actividad o evento cualesquiera, son los que nos indican que hemos terminado una pequeña parte de nuestra vida de forma satisfactoria, por ejemplo, ¿cuantas veces al dejar un trabajo notas a clientes fuera del entorno laboral, proveedores o ex trabajadores del mismo?, ¿notas esa persona que te ve con ojos de amor cuando terminas tu relación de pareja?, ¿has notado que tu
resistencia baja al dejar de correr esa vuelta extra?, estos detalles son los que
nos indican que un ciclo ha terminado, comenzamos a ver las cosas desde otro
punto de vista, uno más amplio y que nos permite divisar nuevos horizontes y
entablar ciclos frescos para continuar creciendo como personas, dejamos el ruedo
y comenzamos a ver los toros desde la barrera.
En cambio, al seguir dentro del círculo, sin darle un apropiado fin a estos ciclos
nos hacen miserables, seguimos enganchados al pasado, atormentándonos sin
piedad y no vemos más allá de nuestras propias narices, estamos en el carrusel
de vida; nos ha pasado en alguna ocasión que al terminar una relación de pareja
no nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, evitamos personas,
salidas a divertirnos, momentos de esparcimiento personal, entre otros, nos hace
quedarnos estancados en lo que tuvimos y en lo que esperábamos de esa relación
y seguimos pensando una y otra vez que fue lo que salió mal, donde estuvo el
error, a donde vamos a parar y nos impide comenzar nuevas actividades.
Lo anterior no es un ciclo cerrado, es un carrusel sin terminar y con esto todavía
nos atrevemos a comenzar una nueva resolución al fin de cada año esperando se
cumplan por arte de magia, sin haber dado por terminado lo que el año anterior
nos propusimos. Entonces debemos de ver qué fue lo que no hicimos los 365
días anteriores y darlos por terminado, poner un hasta aquí a los eventos que
nos marcaron para así dar el siguiente paso a una nueva y mejor aventura, de lo
contrario cada año que pasa estaremos proponiéndonos lo mismo una y otra vez
sin dar por finiquitada nuestras experiencias de vida.
Si bien es cierto que hay que vivir en el presente, el futuro todavía no llega y el
pasado ya se fue, pero es bueno voltear de cuando en cuando y ver qué es lo que
no hemos terminado, en cualquier campo de nuestras vidas, para poder disfrutar
de nuestro presente y plantear un mejor mañana. No es lo mismo decir “este año
termine muchas cosas” a decir “este año me faltó, el próximo lo hare, ya verán”.
Así que este año que comienza te invito a que voltees y mires que no cerraste el
año anterior y te propongas terminar ese ciclo que falta, para así poder avanzar
a uno mejor, más fructífero y apremiante. Bájate de ese carrusel, la feria tiene
muchos juegos por disfrutar.