¡Arrancate el
curita!
1a Parte
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Cuando era niño y tenía algún diente flojo, mi
intimidante abuela siempre me preguntaba si
queria
que
me
lo
quitara
con
su
tecnica
patentada de la vieja escuela. Este metodo
consistía en amarrar un hilo a la punta del
diente y el otro extremo a una perilla de una
puerta, y en cerrar de un portazo la puerta,
arrancando de esta manera de un golpe el
diente flojo.
Como un niño de 8 años esta idea me parecía
basta
terrorífica.
Actualmente,
como
adulto
todavía hace que me den escalofríos. Pero
entiendo su razonamiento en lugrar de tener
un poco de dolor cada día durante una semana
en lo que el diente va soltandose, sólo era
arrancarlo y sacarlo de tu boca.
Un momento agudo de dolor o uno sordo, y
prolongado. Aún cuando tal vez no hayas tenido
una abuela que quisiera atar un hilo a tu diente,
probablemente puedes identificar esta decisión
cuando de niño removias un curita de alguna
herida. Podías simplemente arrancar el curita