Los próceres búlgaros, un patrimonio en peligro de extinción proceres | Page 2

Durante el yugo turco muy poca gente acariciaba esperanzas que algún día las cosas iban a mejorar. De esta manera las personas se desanimaban. Esto es lo que precisamente no tiene que suceder nunca. La persona no debe perder la fe porque ella es la que sostiene la vida. La meta que se proponían los próceres era cabalmente esta: encender la apagada chispa de esperanza y con la fuerza de sus palabras, estimular la sociedad a luchar por su libertad. Hoy en día los próceres son nuestros profesores. Sí, exacto. La gente que nos tortura con tareas y tests, que nos hace llorar por las notas y a la que casi detestamos.