LOS PELIGROS DE LA FRANQUEZA REPORTAJE_IMPRESO | Page 4

A mí no me vas a llamar ‘Atila’ Después de haber trabajado como funcionario pú- blico, Castillo Montemayor continuó su labor am- bientalista trabajando en su empresa privada. El ex secretario fue crítico de las políticas de la nueva administración, sin embargo, fue con la controversia de Flor del Bosque que emitió las declaraciones más fuertes en contra de Moreno Valle. Su hijo comentó que fue precisamente este caso, el que lo puso en la mira: “donde si le dolió a Moreno Valle lo que mi papá decía, fue cuando em- pezaron a hablar de lo de Flor del Bosque. Cuando se dieron cuenta que querían fraccionarlo y que de ahí se querían llevar una tajada. Es ahí cuando mi papá sale en defensa de Flor del Bosque”. A principios de septiembre de 2016, las con- frontaciones entre el ambientalista y Rafael More- no Valle cobraron fuerza. En una nota de Martín Hernández para la Jornada de Oriente se publicaron las declaraciones de ambos. Castillo Montemayor lamentaba el estado actual de Flor del Bosque, que se había erigido como un centro de formación ambiental de trascendencia internacional y el más importante del país: “Flor del Bosque era eso, no un centro de ce- mento, de patinetas, de parquecito con jueguitos. Era un lugar de capacitación y de formación ambiental para instructores, para capacitadores, para maestros, para activistas ambientales”. Además, mencionaba que el centro contaba con reconocimientos de la Semarnat, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la Comisión Na- cional Forestal: “Esto fue certificado por el Centro de Educación y Capacitación Ambiental de la Semarnat. Eran tres los centros de capacitación ambiental más importantes en el país, los otros dos son privados, el único público era Flor del Bosque”. Agregó que la gestión morenovallista había perdido la certificación y que podría haber incurrido en una violación del Artículo 66 de la Ley de Pro- tección al Medio Ambiente Natural y el Desarrollo Sustentable. 3 “Flor del Bosque era eso, no un centro de cemento, de patinetas, de parqueci- to con jueguitos. Era un lugar de ca- pacitación y de formación ambiental para instructores, para capacitadores, para maestros, para activistas ambi- entales” - Francisco Castillo Montemayor Como respuesta a las anteriores declara- ciones, el día de inicio de actividades públicas de Flor del Bosque como área recreativa, Moreno Valle se pronunciaría poniendo en duda la calidad moral del ex secretario: “escuchamos a funcionarios del gobierno pasado, que no sé con qué autoridad política o moral se atreven a hablar, no dieron re- sultados en lo absoluto; en cualquier tema podemos medirnos, demostrar que Puebla ha cambiado para bien”. Los resultados de los que hablaba se encon- trarían desplegados en el Programa de Prevención y Gestión Integral de Residuos para el Estado de Puebla, en el cual su gobierno se adjudicaba precisamente, el trabajo ejecutado por la adminis- tración anterior en materia de medio ambiente. Castillo Montemayor llamó al ex-gober- nador un “ignorante total en materia de medio ambiente”, un “ecocida”, y un “Atila del medio ambiente”: “lo que ha hecho son puras pendejadas (sic) en materia de medio ambiente, porque no en- cuentro otra manera de llamar a lo que ha hecho en Flor del Bosque, en el Aviario, en materia forestal, en el control de contaminantes, en el cuidado del agua, el manejo de desechos residuales, en fin”. Las amenazas y los cuestionamientos no tardaron en llegar. Luego de que el ex secretario manifestara su inconformidad con lo que esta- ba sucediendo en Flor del Bosque, dio inicio un periodo en el que se intentó amedrentarlo: “Rodri- go Riestra Piña le habla a mi papá para decirle ‘oye, ¿por qué declaraste eso?’ Casi, casi de ¿quién te dio permiso?”.