Aún no ha amanecido,
aun no puedo apagar las luces,
que protegen mi soledad y miedos.
Cuando lo haga,
y el sol asome,
cogeré una bocanada de aire,
y soplare fuerte,
para espantarlos,
hasta la siguiente noche.
Gracias que el día,
los cubre momentáneamente,
bajo un velo de engaño,
los intenta ocultar,
bajo una falsa identidad.
Solo así puedo salir a la calle sin temor.
Pareciendo fuerte,
y no la persona débil,
que en realidad soy.
Ese tupido velo es mi fuerza,
donde se ocultan mis temores,
mis miedos y desencantos.
Solo en la oscuridad de la noche,
esa coraza cae al suelo,
desnudando su cuerpo, mente y alma....
Eva María (España)