LOS JAIVAS Y LA MÚSICA LATINOAMERICANA / Cuaderno Pedagógico Cuaderno pedagógico | Page 33

c. Músicas de los pueblos originarios Poco se sabe sobre cómo sonaba la música en el continente americano precolombino. La ausencia de un sistema de escritura musical y la destrucción o transformación de las tradiciones musicales de las culturas precolombinas hace muy difícil una recons- trucción sonora fiel. Lo que se conoce responde a una sumatoria de elementos: restos arqueológicos como instrumentos y piezas que representan figuras humanas tocando instrumentos; textos dejados por cronistas y conquistadores de la época, muchas ve- ces prejuiciosos, al tratarse de una música tan distinta a la suya y la supervivencia de elementos en prácticas musicales actuales de los pueblos que descienden de los preco- lombinos. En Chile, por ejemplo, a partir de la investigación de prácticas musicales sin- créticas como los sicuris (grupos que interpretan sicus o zampoñas), los bailes chinos, la música ritual mapuche, la música atacameña, los cantos selk´nam y los cantos ka- wésqar, es posible reconstruir una parte de lo que habrían sido ciertas manifestaciones musicales en nuestro territorio antes de la invasión europea. Por medio de los instrumentos y de las prácticas tradicionales actuales, se sabe que las músicas precolombinas respondían a parámetros estéticos muy distintos de los de la música europea de la época. Mientras en Europa primaba el sistema tonal y tempe- rado (basado en 12 semitonos iguales), las músicas de América no estaban pensadas desde conceptos de escalas y tonalidades, y sus instrumentos no eran temperados, lo que llevó a cronistas de la época a considerarlas desafinadas y bárbaras pues, muchas veces, contemplaban sonoridades «sucias» o «ruidosas». Rafael Díaz (2012) pone como ejemplo de esto a la sonoridad de las tarcas, instrumentos que pueden producir soni- dos multifónicos y que se ejecutan en grupos en donde cada ejemplar del instrumento no está afinado exactamente igual que el otro que toca la misma nota, esto produce (además de los clusters microtonales) la aparición de sonidos de combinación que son audibles por relación simpática (debido a la proximidad). Este último fenómeno se da también en las pifilcas mapuche que se ejecutan grupalmente, o en los flautones que se tocan en los bailes chinos. En los sicus, y en muchos otros aerófonos americanos, el sonido producido es de característica «eólica», es decir, junto con la nota (altura) se encuentra muy presente el ruido del aire, al contrario, por ejemplo, de lo que sucede con la ejecución de una flauta traversa, en la que se busca que el sonido sea lo más limpio posible. La estética de estos instrumentos influye fuertemente en la música de Los Jaivas, pro- duciéndose muchas veces un choque entre instrumentos temperados y no tempera- dos, como ocurre con las tarcas en el tema «Tarka y ocarina», del álbum El indio, o con las trutrucas en el tema «Danzas», del disco Canción del Sur. En contraste, la trutruca en la versión de «Arauco tiene una pena», del disco Obras de Violeta Parra, se ejecuta muy afinada y en perfecta concordancia con los instrumentos temperados, mostrando cómo la experimentación permite a la banda descubrir distintos usos de los instru- mentos. Los sicus y quenas, con sus característicos sonidos eólicos, están presentes en casi toda su discografía: por ejemplo, se usan sicus en los temas «Antigua América», «Takirari del puerto», «Frescura antigua» y «La poderosa muerte», y quenas en los te- mas «Águila sideral», «Antigua América», «Desde un barrial», «Mambo de Machaguay» y «Mamalluca». Las características musicales descritas no pretenden describir de forma exhaustiva ni generalizar, sino que cumplen la función de ejemplificar algunos rasgos destacables de las músicas originarias, ilustrando las diferencias que tienen con la música europea de la época, con el fin de comprender mejor la mezcla producida posteriormente por Los Jaivas, en la que incorporan, en muchos casos, rasgos de las músicas indígenas. La música era parte de la vida cotidiana de los habitantes de la América precolombina y lo sigue siendo en las manifestaciones sincréticas de los pueblos que descienden de ellos. Los actos públicos, las actividades ceremoniales, las rogativas y curaciones, la Los Jaivas y la música latinoamericana 31