que nosotros hacíamos, como convencidos de lo que estábamos haciendo, y además de que eso que hacíamos
era único, que no habían otros grupos, por lo menos en
Chile, que tocaran de esa manera.
Eduardo: Nosotros no teníamos muchos prejuicios referentes a nuestros congéneres con quienes compartíamos
un país, ¿una patria? Como jóvenes odiábamos las separaciones y los conflictos. Es por eso que la relación entre todos estos grupos fue, en general amable y solícita.
Igualmente trabamos amistad con músicos que andaban
en la contingencia política, pero nuestra participación definitiva adhiriendo a cualquier movimiento o partido político, jamás existió.
Luego nos hacemos íntimos amigos de Los Blops,
con ellos, con Juan Pablo Orrego, con el Pedrito Green,
nos hacemos íntimos amigos, y con Embrujo, también.
Los Trapos andaban tocando, el grupo de rock and roll
por excelencia en esos momentos: Los Trapos. Una vez
tocamos en el Estadio Chile, que ahora se llama Víctor
Jara, Los Trapos y Los Jaivas, un despelote genial. Pero
eso ya era en la época avanzada, debe haber sido posiblemente en el 70 o en el 71, 71 más que nada. Porque
la otra época era muy hippienta, se tocaba en el Parque
Forestal, así no más, yo andaba con el bongó como pegado, me duchaba con el bongó poco menos.
Mario, Eduardo, Claudio y Gato ensayando en
la casa de calle Viana, Viña del Mar. Fotografía
original de Francisco Rivera Scott.
Claudio: Cuando llegaron los músicos de Santiago a
Viña anunciando que iban a hacer el primer festival de
música de vanguardia, para nosotros era como un insulto, “¿y quién hace vanguardia acá?”, esa era la actitud.
Como nos invitaron a nosotros también, dijimos “nos