Los Jaivas Testimonio y Marca 1 | Page 36

do ese sonido, golpeábamos, qué sé yo, cualquier cosa; unas latas, piedras. Al piano le rascábamos las cuerdas adentro. Todo un período que yo lo siento ahora como un olvidarse, romper con todo y volver al primitivismo, a la edad de piedra y descubrir de nuevo los sonidos, y de los sonidos descubrir una música. Eso fue como lo que nos pasó. No fue premeditado. Era lo que nosotros sentíamos, una necesidad. Gabriel. Fotografía original de Francisco Rivera Scott. Eduardo: Recién en esos años comienzan a llegar estudiantes de Santiago a Viña y Valparaíso, especialmente a la escuela de cine, que no existía en Santiago y casi todos los famosos estaban de profesores en ese tiempo y la Escuela de Arquitectura de la Católica, a la que le llamaban “La Escuela de los Genios”. Llegaban todos los más o menos billetones de Santiago a estudiar ahí. Justamente con ellos nosotros nos relacionamos, porque como nosotros andábamos ya en la onda esa, ellos eran igual. Tenían un proyecto, “Amereida” se llamaba; habían inventado la ciudad libre, entonces tenían toda una historia nada que ver con la sociedad de Chile digamos. Y nosotros que andábamos más o menos en la misma sensibilidad, no nos costó mucho enganchar y participamos en muchos actos, y eran actos poéticos, no me acuerdo cómo los llamaban. Ya estábamos metidos en la cuestión Jaivas, ya éramos “Jesucristo”. Nos había crecido el pelo y ya estaba la onda hippie en Santiago. Esa onda, de ahí empezó la aventura realmente, cuando nosotros nos vinimos a Santiago, ya en ese momento nosotros sabíamos que no íbamos a tranzar así como así no más, y que íbamos a ser músicos, y que nos íbamos a entregar por enteros a