Gato, Juanita, Eduardo, Mario y Claudio. Fotografía original de archivo Los Jaivas.
de “Macchu Picchu” en su propia región. No pasa mucho
tiempo después de comenzar a producirse este fenómeno cuando nos llega la noticia de que la Municipalidad de
Vicuña nos llamaba para proponernos algo con la región.
Estábamos en La Serena y no nos costaba mucho alcanzar hasta el interior del valle. La proposición era de hacer
una canción dedicada al observatorio Mamalluca que iniciaba en la región de mayor claridad del mundo y donde
se encuentran grandes observatorios, una labor que ellos
llaman la “popularización de las estrellas”.
Una vez terminada la cena y después de la obligatoria
visita al observatorio Mamalluca, el bus emprendería viaje
de regreso a Santiago.
Nosotros, los hermanos Parra, dirigidos por nuestro
padre que era, además, amante de las estrellas, pasábamos largas sesiones nocturnas en el verano viñamarino
contemplando los astros y las galaxias lejanas. En todo
Chile el cielo está repleto de estrellas, pero es verdad,
no hay como el valle de Elqui, como la cordillera del desierto. En aquella visita sin luna, que es cuando se ven
millones de millones de estrellas, me di cuenta de que
eso no se podía resolver mínimamente en una canción.
Me di cuenta que se trataba de una obra, pero que para
eso se debía tomar el toro por las astas. Es ahí cuando decido quedarme en misión de reconocimiento por la
eventualidad de encontrar temas para confeccionar una
obra musical.
Se planeó para el otro día, una excursión por el valle.
Mis guías serían el arquitecto que había planeado todo,
uno de los jóvenes astrónomos, más alguien muy conocedor de la región. Mis apuntes se fueron haciendo cada
vez más mágicos hasta llegar a la poesía. Recuerdo que