El cariño de Chile es de otra manera, ya está como
institucionalizado, ya como que se hacen actos reflejos.
Uno tiene que salir haciendo así porque tiene que haber
reacción, está todo preescrito. En todas partes pasa lo
mismo, no hay ninguna diferencia, tú levantas la misma
mano y la misma ovación, todo en cierta medida.
Arriba: Gabriel y Gato en Los Pirineos. Fotografía original de archivo Los Jaivas.
Página siguiente: Claudio, Eloy Alquinta, Mario,
Ankatu Alquinta, Eduardo y Juanita despidiéndose en concierto. Fotografía original de archivo
Jaivamigos.
Claudio: Hay un traspaso de padre a hijo, de abuelo a
nieto, y yo creo que ya hasta bisnietos. Los de nuestra
generación tienen todos más de sesenta años. Y los niños también escuchan la música de nosotros. Niños que
tienen ocho años, diez años, hasta de cinco años. Eso es
que los papás se lo van pasando a sus hijos, los hijos se
lo van pasando a sus hijos y así va trascendiendo en la
familia, se va heredando. Eso es bien bonito.
Eduardo: Gabriel, es la fuerza y la voluntad. Gato, la
musicalidad. Eduardo, la imaginación. Claudio, la técnica
llevada hasta alcanzar altas esferas espirituales. Mario, la
vitalidad y la expresión. Juanita, la bondad, la ternura, la
felicidad y el corazón de sentirse hija, sobrina.