el sur de Alemania, parece que era el sur de Alemania, y
resulta que yo estoy en la pieza y arriba estaban haciendo
“Desde un barrial”, y yo no subí, nada, seguí durmiendo
y todo, pero yo vi cómo lo estaban haciendo, lo hicieron
casi completo. Después yo iba, ya en Francia, yo iba a
meter mis partes del moog, ahí hay moog, porque incluso el silbido es un moog también, que no se puede, yo
no tengo tiempo para hacer el cambio, salvo si tuviera el
moog digital, o sea un moog análogo, pero con tablero
digital, haces todo análogo, pero lo dejas digital. Si yo
tuviera ese moog podría hacer el pato ese y el silbido,
que también es el moog, no hay silbido humano, pero
nosotros ahora en vivo lo estamos haciendo con silbido
humano porque yo no puedo hacer el cambio, salvo si
tuviera el moog digital, que creo que me lo voy a comprar,
y va a ser una de mis últimas adquisiciones.
Claudio: El blanco de las vestimentas nace como una
necesidad escénica que la pidió el iluminador, el Jano. La
iluminación que él hacía era una iluminación de colorear
todo, entonces nos dijo “la mejor forma de que la iluminación se vea y lograr el efecto que se necesita es que
ustedes se vistan de blanco”. Y nos empezamos a vestir
de blanco. Después cada uno empezó a hacerse su onda
en el blanco. Y el “Macchu Picchu” es como el momento
más culmine de todo esto, después empezamos a cambiar. Empezamos a dejar el blanco, pero poco a poco,
como a meterle los colores. Después, lo que se mantiene
hasta hoy, es una preocupación del cómo subirse al escenario. O sea, uno no se sube como andaba vestido en
la mañana, porque es parte de la mística del escenario.
Gato tocando en un concierto con su vestimenta blanca. Fotografía original de archivo
Jaivamigos.