Los Jaivas Testimonio y Marca 1 | Page 131

retiraba del grupo, y se había ido, yo no sé si en esos mismos días, o un mes después. No puede haber pasado tanto tiempo, yo creo que Albertito Ledo incluso se había retirado antes, o en esos mismos días, pero Albertito Ledo había dejado un legado musical para Los Jaivas. Y ahí es donde se produce la magia. Un día yo iba bajando la escala, yo vivía en el segundo piso, y voy hacia la cocina, y Dominique, que en ese tiempo vivía con nosotros en esa casa me dice, porque él se daba cuenta que yo era el único que no había escuchado, “oye Eduardo, que Albertito Ledo dejó…”, incluso yo ni sabía, era muy nuevo, pero todos lo habían escuchado. Yo voy y hago lo que tenía que hacer y me meto a la sala de la música, y Dominique me pone el tema. Y yo me empiezo a morir de espanto, “ah que bonito. Que bonito”, súper bonito, verdaderamente era bonito, “pucha Albertito que es buena onda”, y subo. Pero ya llevaba esto dentro, ya lo llevaba adentro, porque pasó más o menos una semana, que es como el proceso artístico en el cuerpo, tiene que digerir, y estoy en la más doméstica de todas, haciendo la cama, estoy haciendo la cama, como siete días después de esa anécdota, y tiro la sábana de abajo, la tiro y me pasa un aire, el aire de cuando tiras la sábana, y ahí se produce el milagro verdadero; “Del aire al aire”, ese tema es “Del aire al aire”. Bajo corriendo, como en las películas norteamericanas, bajo corriendo la escala y le digo a Dominique “Dominique pon el tema, ponlo”, y lo empiezo a escuchar ya con lágrimas en los ojos, porque me daba cuenta de que se había producido algo indescriptible e inaudito. Me voy pieza por pieza golpeando, después, y diciendo “reunión en la sala de la música en media hora más”, “¿y por qué?”, “no, porque Gato, Eduardo, Gabriel, Claudio y Mario en las ruinas de Maccu Picchu. Fotografía original de archivo Los Jaivas.