Eduardo y Alberto Ledo en concierto. Fotografía original de archivo Los Jaivas.
que no habían salido nunca en discos, y el tipo seguía
pidiendo más música. Nosotros no entendíamos para
qué quería más música, sería para conocernos más no
más. Geoff, el inglés, nos anuncia la primera reunión con
el holandés. Que iba a venir a trabajar con nosotros. Y
nosotros habíamos encontrado unos temas que teníamos
por ahí, era lo que íbamos a proponerle a al holandés
para hacer.
Llegó el holandés a la casa nuestra, a la sala de ensayo, nos saluda y qué sé yo, nos instalamos para ponernos a trabajar, y el holandés abre una maleta y empieza
a sacar unas partituras y nos pasa a todos una partitura.
Pero nadie tocaba. “Espérese un poquito”. Se armó aquí
un conflicto así que fuimos a llamar al gringo, al inglés,
Geoff. Preguntamos: “¿Qué pasó?, ¿por qué trae partituras si vamos a trabajar en los temas de nosotros?”.
“No”, nos dice, “ustedes querían un productor, ese es un
productor. Él va a hacer una música que es de él, inspirada en la música de ustedes, pero la música es de él, él es
el productor”. A todo esto, nosotros tan entusiasmados
con que íbamos a grabar, la EMI nos adelantó plata, y
esa plata nosotros la necesitábamos, y ya la habíamos
gastado. Así que estábamos con el compromiso de que
teníamos que hacer el disco no más. Ya estábamos metidos en la historia con contrato firmado y todo. Obligados
a hacer lo que el holandés quisiera. El holandés lo que
hizo fueron dos temas, dos temas que todo el mundo que
los escucha está convencido de que son temas de Los
Jaivas. Hasta encuentran que es como una genialidad
que nosotros hicimos, porque son temas disco, en esa
época estaba de moda la música disco. Este productor
hizo dos temas disco con sonido Jaivas. Y trabajó súper