bien, porque suenan como que son de Los Jaivas, a mi
me hizo tocar el piano igual como lo toco yo, y los solos
de guitarra, lo único que llevó fue un guitarrista disco, que
tocaba esas cosas típicas de esa música, y era lo único
que ponía extraño, todo lo demás lo poníamos nosotros,
lo tocábamos nosotros. Gabriel tocaba la batería, como
la tocaba él, pero tenía que hacer esos ritmos.
Esa historia, que nosotros la vivimos súper mal, fue lo
peor que nos pudo haber pasado, que era como la prostitución ya. Entonces el disco se hizo, salió, fue editado
en todos los países europeos, salió en América también,
pero nosotros no quisimos saber nunca más del disco.
Y mientras grabábamos estos dos temas, el tipo nos tarareaba los demás que venían. Pero nosotros grabamos
y nos olvidamos, pasamos el mal momento y nos olvidamos, y resulta que tuvimos que ir a tocar a Londres.
Cuando tuvimos que ir a Londres, vino toda la plana mayor de la EMI de Londres a ver a sus nuevos artistas que
estaban promocionando, vino el holandés, para escuchar
los temas de concierto. Y bueno, nosotros hicimos el
concierto, y nosotros no queríamos saber más de estos
temas, así que no los tocamos. Nunca habíamos pensado
en tocarlos. Para nosotros era simpático que viniera toda
la plana mayor a vernos tocar. Entonces termina el concierto y viene Geoff a los camarines y nos dice “¿ahora
vienen los temas?”, y nosotros: “No si no vamos a tocar
esos temas, no los hemos ensayado, no los sabemos tocar”. “No, no puede ser, cómo nos van a hacer ese desaire, los está esperando toda la gente”. Y no los tocamos.
Y ahí ya fue el rompimiento, después de eso la EMI no
quiso saber nunca más de nosotros, y nosotros tampoco
quisimos saber más de ellos.
Gabriel, Claudio, Eduardo, Gato, Alberto Ledo
y Pájaro Canzani en el río Támesis. Fotografía
original de archivo Los Jaivas.