los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 98

e irracional venganza Van a ser fusilados en grupo. Como sucedió en la plancha 15, aparecen las bayonetas de, al menos, nueve fusiles sin nadie que los sujete. Un recurso que hace entrever que a la derecha están los asesinos uniformados tantas veces representados. No es necesaria su representación, nosotros los vemos sin que estén, oímos sus disparos, vemos sus uniformes, su actitud de máquina anónima que produce muerte. Esta escena aporta un nuevo matiz; pues, a excepción de una vai- na de un puñal en la cadera de una de las figuras, nada indica que sean combatientes. Es la represión in- discriminada sobre la población civil, el genocidio como forma de dominación a través del miedo y la sangre. Las figuras sobre las que Goya centra su atención, muestran cada una su esta- do de desesperación, angustia, terror, en el que están sumidas. Algunas no quieren mirar, se tapan los ojos o vuelven al suelo la cabeza como alejando la realidad que se les viene encima, otras imploran en un último intento de esperanza. Una otra de las mujeres está a punto de desfallecer, mientras que su compañera se apoya en ella; otra, en el suelo, extiende sus brazos; una última acoge desesperadamente el pavor de la niña mientras se abrazan entre sí. En un último intento de aferrarse a la vida, su cabeza mira hacia abajo cubierta por una toca que impide el mirar. El conjunto trasmite el aliento y el temblor del miedo, la desesperación de un instante previo a la muerte. No hacen falta ráfagas, disparos que crucen el aire -esta es otra constante en Goya: la no representación de las balas-, le basta con colocar los símbolos, posturas y nosotros interpretamos los códigos, desciframos el sentido semiótico de los signos. No necesita representar la represión con las 100