los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 72
cado en la tierra, espera recibir la descarga mortífera.
Goya quiere dejar constancia de la indefensión y el drama de los
ajusticiados y graba una nueva composición de eficacia visual: el apunte
de los cañones de tres fusiles fuera de la escena. Nos dice con ello que el
horror continúa más allá de lo representado. Las dos figuras centrales se
complementan temporalmente. Dan una secuencia en dos actos utilizando
solamente un plano. El primero va a ser el fusilamiento y el resultado será
otra víctima como la que yace en el suelo desangrada, muerta, en un escorzo
inane.
También nos indica que son muchos y variados los grupos de “pelo-
tones de fusilamiento”, con la presencia de otros ajusticiados más al fondo.
Se entrecruza el horror, la venganza sobre unos seres que no solo están ma-
niatados sino, para mayor indefensión, atados a postes y con ojos tapados,
por tanto más indefensos, más humillados. Ni siquiera pueden expresar con
gestos sus últimas sensaciones ante la muerte.
La composición de esta escena la enmarca en cielos arqueados que
juegan con la misma eficacia de contraste que en otras planchas anteriores
y, sin embargo, ahora el ambiente no es de lucha, es la representación de un
acto brutal, terrible, el fusilamiento inmisericorde de otros seres, que han
tenido la desgracia de defenderse y ser perdedores. De nuevo sitúa a los
ejecutados de manera individual, podríamos incluso decir de quién o de
quiénes se trata. No así con las tropas francesas: un bloque anónimo que
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