los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 208
como cada uno de los dibujos que va desgranando.
Una figura frailuna sentada de espaldas a las masas, que se postran,
huyen o se agitan escandalizadas, con cara de siniestro amanuense se incli-
na sobre un libro, para escribir con serenidad consciente. No escucha, pues
sus orejas se han mimetizado en alas de murciélago que se posa sobre su
cabeza para vampirizar las ideas. Es, por tanto, un doble alegato contra la
simbiosis Iglesia-Estado. El mundo eclesiástico que fomenta la superstición
a través de la educación religiosa y que con la Inquisición controla ideas y
costumbres, siendo brazo ejecutor del absolutismo fernandino. Un régimen
que decreta contra el bien general, de espaldas al pueblo.
La composición vuelve, como sucedió en la 68, a colocar una figura
que prácticamente absorbe todo el contenido (fraile-murciélago), el resto
casi desaparece como sucede en los trazos de la izquierda, donde se apre-
cian rasgos de figuras que parecen huir. En el lado derecho son más explici-
tas aun estando abocetadas, parecen lamentarse y una de ellas, extendiendo
su brazos, parece clamar contra ese dictaminar de espaldas. El dibujo de
nuevo nos muestra esa calidad dibujística y la sabia utilización del espacio
compositivo de Goya. Un espacio en donde con economía iconográfica con-
sigue inquietarnos, irritarnos, horrorizarnos,... según el tema que trate.
La directa alegoría y crítica política de esta plancha bastaría para
crearle problemas y nos habla de la posición comprometida de Goya, aun
cuando tal vez por el temor a la represión solamente la conocieron algunos
amigos como el tímido reformista Ceán Bermúdez.
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