los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 17
la indiferencia, parece que en Goya actúa a contracorriente en sus efec-
tos. Su decepción es fecunda; la amargura y la enfermedad no merman su
creatividad por el contrario en la medida que avanzan -decepción, años,
enfermedad y escepticismo- tiene aún más bríos, no sé si ilusionados o des-
ilusionados, pero si fecundos, germinantes, lúcidos. Como un Miguel Ángel,
que enfermo, cansado y apenas sin comer sigue imperturbable su trabajo en
la capilla Sixtina.
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En vida de Goya sólo se imprimieron dos juegos completos, uno de
ellos regalado a su amigo y crítico de arte Ceán Bermúdez, tal como hemos
señalado, pero permanecieron inéditos. La primera edición al público apa-
reció en 1863, publicada por iniciativa de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando. Siguieron otras en 1892, 1903 y 1906. Sin embargo las
sucesivas tiradas tienen algunas variaciones significativas tanto en los gra-
bados como en los epígrafes. Por ejemplo, la estampa número siete titulada:
Qué valor!, en las tiradas a partir de 1863, tiene cubierto el fondo con la
característica densidad de la resina.
Parece ser que el origen de esta serie y de los temas en que aborda la
guerra, tienen que ver con el viaje que emprende desde Madrid, donde re-
sidía, a Zaragoza entre el 2 y el 8 del mes de octubre de 1808, a petición del
general Palafox, para conocer y representar los sucesos de los sitios a que
estuvo sometida por las fuerzas napoleónicas la ciudad aragonesa. En el
transcurso de este trayecto pudo contemplar escenas de guerra que se refle-
jan también en otros cuadros, como Fabricación de pólvora en la Sierra de