los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 160

parecen conversar sobre la situación. La mujer que reparte comida, tal vez criada por su indumentaria, de la que está conversando con el cura. Es la consabida caridad ejercida por los más pudientes que acuden a tranquili- zar su conciencia, criada incluida, y acompañada del cura. La escena al estar ambientada en una calle, parece perder su componente generalista y hacerse dato concreto. Una concreción en la que la acción humanitaria -caritativa- de la mujer cobra preponderancia. Goya, utiliza la iluminación de la escena de forma eficaz. Introduce unas sombras que envuelven el espacio donde se encuentran los menestero- sos y hace que esas sombras afecten a las figuras de la mujer y el cura, para evitar mostrar una individualización personal. Con ello consigue aumentar la carga dramática, en la que el rostro de la mujer hambrienta, junto al hombre desfallecido, toman especial protagonismo. La composición es más convencional, pero el momento está cargado de verismo emocionado. Como siempre, sus dibujos no necesitan del natu- ralismo para ser realistas. Los desastres de la guerra, como vamos viendo, superan el costumbrismo y entran dentro de lo que nosotros llamamos rea- lismo, es decir, mostrar la realidad social y humana sin aditamentos. Hacer realismo, es para nosotros, en plástica, ser sensible a los sucesos de impor- tancia social que afectan al ser humano, este realismo no tiene nada que ver con el naturalismo fotográfico, que es lo que otros denominan realismo. Goya es luminoso, expresionista y realista en Los desastres de la Guerra y aun cuando es un extraordinario dibujante no necesita del naturalismo academicista para contagiarnos emociones. 162