los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 120
Seis soldados participan de manera directa en el ritual del asesi-
nato y la sangre. La guerra parece justificarlo todo. El ejecutado vuelve a
ser mostrado como cosa absurda, como objeto miserable sobre el que todo
vale. La figura que empuña la espada, para cortar de un tajo al prisionero
muerto, se dobla en su esfuerzo concentrado. Estupefactos, se nos acaban las
palabras para comentarlo, pero la brutalidad sádica continúa su andanza,
su discurrir sangriento.
La composición vuelve a una diagonal forzada, casi vertical sobre la
que se compone toda la escena. El tratamiento de la punta seca sigue firme,
versátil. Una vez más, Goya, nos da la escena desnuda sin elementos que
distraigan. Los imprescindibles están, lo demás sobra.
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