los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 102
puede desencadenar otra tragedia a los vivos.
Goya, en un sarcasmo triste, lo denomina caridad, es decir, la sin-
razón de la guerra y sus secuelas de cadáveres, hacen que ni siquiera los
muertos puedan ser enterrados con la mínima comprensión, con el mínimo
reposo y respeto debido a las muertes comunes.
Cadáveres desnudos, arrojados sin miramiento por enterradores que
ejecutan su trabajo sin ninguna apariencia de implicación emocional. So-
lamente la mujer del fondo parece estar absorta en alguna reflexión sobre
el momento, pero tampoco tiene gesto de claro dolor o conmiseración. Los
cadáveres se han convertido en cosa, objetos a lanzar con la mayor urgencia
a una fosa común, sin mayor miramiento, con las manos o empujándoles con
palancas. Da igual, el hecho es deshacerse de esos nuevos ene- migos en que
se han convertido por haber muerto. Se les ha despojado incluso de sus vesti-
dos. La desnudez y los gestos con los que son enterrados nos dan otra nueva
implicación de los daños añadidos que arrastra la guerra, de sus secuelas
periféricas.
La composición recurre a lo estrictamente necesario, fuera de la fosa
y los actores no hay nada. Puede tratarse de cualquier lugar en cualquier
escenario. Una fosa y cadáveres como basura, peleles que hay que tirar, de
los que hay que deshacerse. Hay acaba todo. Nada más. Nada menos.
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