Hace mucho tiempo, en Arabia Saudita, vivían dos hermanos llamados Jasím y Amín. Ellos todas las mañanas iban a comprar pan para su mamá.
Un día, mientras caminaban por la calle se encontraron a dos chicas abandonadas por sus padres llamadas Hana y Dalia. Parecían muy amigables y humildes así que se hicieron amigos y Amín les propuso que se queden a vivir en su casa y a Jasím le pareció buena idea y Hana y
Dalia estaban muy agradecidas.
Sucedió otro día que tocaron la puerta y Dalia fue a abrir confiada de que no la estaba esperando algo malo. Detrás de la puerta estaba esperando Jafar, un hombre malo, egoísta y mentiroso. Jafar amenazó a Dalia porque se dio cuenta de que se había hecho amiga de unos chicos.