LONG Magazine Edición Primavera 2016 | Page 68

Open Kitchen Por Ivonne Huber Gastro News El restaurante la Molleja se reinventa Vuelve esta clásica parrillada creada en 1989 pero con un servicio muy innovador al que denominan como Open Grill, un híbrido entre una churrasquearía y el servicio a la carta donde el juego consiste en un menú de seis pasos a ser consumidos en dos horas. A medida que uno elige qué degustar a cada paso va creando su propio menú: bolitas de mandioca y queso, parrillitas con todo lo típico nuestro, arroz kesu cremoso, provoletas con tomates secos, deliciosos cortes de carne al punto deseado y varias opciones más. No hay que olvidar las crocantes mollejas y sus combinaciones especiales, las cuales dan nombre a este clásico asunceno. El espacio interior con grandes ventanales y con un servicio de excepción convierten a este restaurante en una opción original, deliciosa y diferente. Facebook: La Molleja Open Grill. Calle Cruz del Defensor esq. Mc Mahon Apertura de las Tablas Alagló En octubre se inagura de las manos de Sabores Alagló un nuevo emprendimiento: Las Tablas Alagló, un concepto diferente. Este nace para acompañar a un teatro vanguardista que va a ofrecer actividades culturales, las cuales irán de la mano de deliciosos vinos, tablas de queso muy innovadoras y muchas delicatessen a descubrir en un ambiente luminoso, distendido y cool. Se trata de un espacio de tendencia europea donde lo primordial son los sabores y texturas de las distintas delicias ofrecidas. Panes hechos en casa, bruschettas y mucho más servidos en unas bellas tablas. Además, una de las protagonistas del lugar será la pastelería de última tendencia. Esta juega con sabores nuestros y sorprendentes combinaciones. ¡A tomar nota y a agendar! Espacio Casa Mayor: Malutín entre Guido Spano y Andrade. Horario: 9:00 hs a 21:00 hs. Horarios especiales según programación del teatro. 66 LONG GASTRONOMÍA La columna de Ivonne De la intolerancia física a la tolerancia interna Muchas veces vemos un cambio externo como una limitación. Eso es natural en el ser humano, lo que a veces se nos escapa es que un cambio puede significar un mundo entero de oportunidades. En estos días la celiaquía y las diferentes intolerancias alimentarias se han convertido en la realidad de muchas personas. Según un estudio de FUPACEL (Fundación Paraguaya de Celíacos) se estima que en nuestro país existen aproximadamente 60 000 celíacos, a razón de 1 cada 100 personas. Esta reacción del cuerpo ante un componente de los alimentos puede tener síntomas desagradables, lo cual desemboca en malas digestiones o irritaciones del sistema digestivo. El primer paso es la detección de la intolerancia aunque, el verdadero desafío comienza cuando nos damos cuenta que somos intolerantes a alimentos tan básicos como el pan, los lácteos, los huevos o el azúcar. Estos conforman los pilares de nuestra alimentación y es en los que la industria se basa. Sin ellos nos parece imposible poder vivir. La verdad es que, como muchas cosas en la vida, la apreciación a los sabores la hemos formado por el hábito. La costumbre de ingerir desde la infancia constantemente algunos de ellos es la que nos hace sentir cierta cercanía, un cariño hacia los mismos. Así, de la misma forma en que creamos un espectro de sabores y texturas con los que nos sentimos familiarizados, podemos volver a concebirlos con un poco de buena voluntad e intención. En vez de mentalizarnos en que el comer es un mero acto de nutrición –solución a la que muchos acuden– podemos enfocarnos en encontrar ese mismo placer y satisfacción en los nuevos sabores y texturas que nos debemos degustar. Y sí, a veces lleva tiempo. No es algo ni mecánico ni fácil, aun así si llegamos a ser conscientes de que el gusto por un sabor es algo que adquiriremos con el tiempo y que, además, vendrá acompañado de salud, nutrientes y liviandad, lo obtenido de ésta combinación es de un valor agregado incomparable. Para poder disfrutar de nuevos ingredientes tenemos que encararlos como lo que son: nuevos ingredientes. Esperar a que estos sepan igual a los anteriores es un error, por más que la industria se empecine en llamarlos de la misma manera. Para facilitar el cambio ya existen en nuestro país varias tiendas en las que podemos encontrar ingredientes sustitutos como leches vegetales, harinas de garbanzo, maíz, semillas, etc. Además, la fundación mencionada anteriormente realiza test a los alimentos para declararlos aptos o no para el consumo de personas con celiaquía. Es así como con un cambio de actitud y una dosis de buena voluntad puede pasar de ser un sufrimiento por un supuesto límite a ser una nueva aventura.