Es como cuando pierdes
unas palabras escritas con prisa,
el cuaderno de hojas amarillas,
una idea vuela lejos de tu atención:
esta ausencia, por grande o pequeña que sea,
te desespera.
Como cuando ¿te acuerdas?
Íbamos descalzos corriendo encima de aquella arena
y los granos salpicaban detrás nuestro
queriendo señalar nuestro camino:
aún así nadie era capaz de encontrarnos,
escondidos detrás de las rocas,
jugando como juegan los niños,
con las conchas que eran un hospedaje modesto y
-solo luego descubrimos-
pasajero de los cangrejos ermitaños.
Ésto si, ésto me recuerdas:
la sensación de perder,
de perderse y no ser encontrado,
de encontrar y querer que sea algo efímero.