Lo que no se dice no existe Volumen IV | Page 9

Es como cuando pierdes

unas palabras escritas con prisa,

el cuaderno de hojas amarillas,

una idea vuela lejos de tu atención:

esta ausencia, por grande o pequeña que sea,

te desespera.

Como cuando ¿te acuerdas?

Íbamos descalzos corriendo encima de aquella arena

y los granos salpicaban detrás nuestro

queriendo señalar nuestro camino:

aún así nadie era capaz de encontrarnos,

escondidos detrás de las rocas,

jugando como juegan los niños,

con las conchas que eran un hospedaje modesto y

-solo luego descubrimos-

pasajero de los cangrejos ermitaños.

Ésto si, ésto me recuerdas:

la sensación de perder,

de perderse y no ser encontrado,

de encontrar y querer que sea algo efímero.