"En Tulcán dan ganas de morirse. Un cementerio único en el mundo que invita a la muerte". Henry C. Toscano, enviado especial del Diario de Colombia. Es una frase inscrita en la lápida del autor de la obra, José María Azael Franco, fallecido el 7 de noviembre de 1985.
Este es el criterio que se tiene de la Escultura en Verde, declarada el 28 de mayo de 1984 como bien perteneciente al "Patrimonio Cultural del Estado".
Es curioso que un cementerio sea un atractivo turístico. Pero hay uno solo, quizá en el mundo, que atraiga a propios y extraños.
El cementerio de Tulcán:
un exquisito atractivo
turístico
Es curioso que un cementerio sea un atractivo turístico. Pero hay uno solo, quizá en el mundo, que atraiga a propios y extraños.
Este bello sitio de recogimiento espiritual alberga figuras en ciprés de estilo árabe dado por los arcos de medio punto, bordes, ranuras, palmas, palmetas, columnas y líneas de estilo egipcio, que hablan de la cultura oriental; los mascarones, cariátides, monolitos, ollas, cuencos, vasijas, estatuas y animales, son los representantes del Tahuantinsuyo y de la riqueza
histórica ecuatoriana.
Los trabajos empezaron hace 69 años, en 1936, cuando fueron sembrados los primeros árboles por José María Azael Franco, nacido en El Angel, cantón Espejo, el 5 de mayo de 1899.