Pesca de sirenas
El poeta invita al protagonista a soñar, a alejarse del tejido y buscar una nueva ilusión que le devuelva las ganas de vivir. El reflejo de la luna en el mar es una metáfora de la búsqueda de un nuevo comienzo, esa sirena que todos queremos encontrar. El sonido de las olas llegando a la orilla, si cerramos los ojos, es un sonido que parece un canto que atrae al mar, como las sirenas.
Creer en un sueño y buscarlo de verdad hace que consigamos cumplir lo que deseamos. Las sirenas, los sueños, se hacen realidad. Las sirenas son un sueño que, en este poema, se representan como reflejo del sol en las olas y el brillo de las gotas son su reflejo, haciendo que la ensoñación, para el lector sea mucho mayor
Anhelo nocturno
La lluvia su monótona charla dice afuera.
La puerta de mi cuarto por fin está cerrada.
Quizás en esta noche no grite mi quimera
y goce del olvido profundo de la almohada.
¡ Hace ya tanto tiempo que en reposar me empeño,
como si me turbara la fiebre del delito,
que mis ojos enclavo— de los que huyera el sueño—
en la siniestra esfinge del lúgubre infinito!
Mas hoy todos los seres me han parecido buenos,
el cielo azul brindome su calma vespertina,
y— libre de pecados y libre de venenos—
purifiqué mi cuerpo en agua cristalina.
Quiero la paz aquella de la primer mañana
cuando, en el seno de Eva, tranquilo e inocente,
Adán durmió, al arrullo de amor de la fontana,
ajeno a las promesas de la sutil serpiente.