Infidelidad de Afrodita con Ares
La infelicidad de Afrodita con su matrimonio hizo que buscase la compañía de otros, intimando algunas veces con Adonis, aunque su preferido era Ares. Hefesto fue informado del adulterio que su esposa mantenía con Ares por Helios. Planeó entonces atraparlos con una red de cadenas invisibles que había dispuesto sobre el lecho, capaz de inmovilizarlos. Ares sabía que Hefesto retornaría al hogar al salir el sol, así es que prevenidamente dispuso de su secuaz favorito, Alectrión, para que le avisara. Pero Alectrión se quedó dormido. Efectivamente, el sol salió, y las redes cayeron sobre Ares y Afrodita en plena ocasión, y quedaron inmóviles. Hefesto enfurecido llamó a todos los demás dioses olímpicos para burlarse de ellos (“las diosas se quedaron en casa, todas por vergüenza”); y contrariamente las burlas cayeron sobre Hefesto: algunos dioses adoraron la belleza de Afrodita, otros comentaron que con gusto tomarían el lugar de Ares. Hefesto no los liberó hasta que Poseidón le prometiera que Ares pagara desagravios, pero ambos escaparon tan pronto como levantó la red y no mantuvieron su promesa. Ares convirtió a Alectrión en gallo, para que nunca más se quedara dormido.