Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 69

Se notaba la polla dura entre los muslos. Era una tortura. Introdujo las manos en su pelo y le acercó el rostro, que apresó con fuerza entre sus manos. No podía hacerlo de ninguna otra manera con ella. Dylan introdujo la lengua en su boca con frenesí; su cuerpo pegado al suyo y los senos contra su torso. El deseo le quemaba, le abrasaba por dentro y hacía que su mente lo obviara todo salvo su nombre. «Dylan.» Ella se movió en su regazo; la cadera le rozaba el pene. Alec estaba a punto de explotar, de correrse como un adolescente. «Joder.» Se apartó. —¿Alec? Dylan tenía las mejillas encendidas y los ojos muy brillantes. Él tuvo que detenerse un momento para tomar aire y llenar los pulmones. Tenía que pensar. Se le había puesto muy dura, con su cálido cuerpo encima y su deseo escrito en su hermoso rostro. Satisfacer sus deseos era su responsabilidad. El suyo era un calor que le martilleaba en la ingle y que a duras penas podía controlar. No estaba acostumbrado a algo así. A lo extremo que era todo: el calor, el deseo y la lujuria animal. Pero podría controlarlo, se recordó. Siempre lo había hecho. Simplemente tenía que coger las riendas, dejarlo a un lado de momento y darle a ella lo que deseaba. Era su trabajo y lo hacía muy bien. Le puso una mano detrás del cuello y apretó un poco. La confusión le torció el gesto. —No digas nada, Dylan. Por un momento pareció que iba a decir algo pero luego cerró la boca. —Buena chica. A ella le recorrió un escalofrío al oír esas palabras. Ah, esta mujer sería la sumisa perfecta. Tenía una combinación irresistible de fuerza y fuego, así como una respuesta sumisa natural. Él la apretó un poco más fuerte, simplemente sujetándola, en señal de control. Era algo físico que parecía tener siempre un efecto psicológico en cualquier