Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 36

excitante esta… esta sensación exquisita de la expectativa, quizá porque no tengo ni idea de cómo irán las cosas. —Vaya. Nunca te he visto así de insegura, Dylan. —Eso es porque no soy yo. Pero es que este hombre… Las posibilidades revoloteaban en su cabeza. ¿Qué le haría Alec? ¿Qué le pediría que hiciera? Se le hizo un nudo en el estómago y empezó a notar calor entre los muslos. Estaba a punto de averiguarlo. Lo único de lo que estaba segura era de que Alec Walker iba a cambiarla de una forma irrevocable. Horas más tarde volvió a sonar el teléfono. Dylan dejó a un lado el libro y el bloc y miró el identificador de llamada. «Alec.» Se le aceleró el corazón, que latía ruidosamente como si tuviera un sonajero dentro. —Es un hombre, nada más —dijo en la habitación vacía, y luego sacudió la cabeza. Ya sabía que sería mucho más que eso. —¿Sí? —Hola, Dylan. Dios, su voz era como una corriente eléctrica que le quemaba las venas y se arremolinaba después entre los muslos. —Ah, Alec, hola. —¿Qué tal estás? —Bien. Estoy bien. ¿Llamaba para hablar de cosas sin importancia? No podría soportarlo. Se puso un cojín bordado en el regazo y asió con fuerza el borde enrollado. —¿No quieres saber cómo estoy yo? —preguntó, divertido. —Sí, claro. Lo siento. Estaba… absorta investigando un poco cuando has llamado. Tenía la cabeza en las nubes. —Tendré que esforzarme por ganarme toda tu atención. —Oh, no creo que… —No te preocupes. Sé cómo hacerlo. Ella se quedó callada, algo vacilante, pero él prosiguió.