Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 107

Diez Dante ejerció un poco de presión en su nuca. Una vez más, a ella le sobrevino esa sensación instantánea de seguridad y de alivio intenso. —Kara, estás en mis manos —le recordó en un tono encantador que la tranquilizaba como si fuera bálsamo en la piel—. Estarás bien. Estarás increíble. Con la otra mano le acarició el vientre y ella sintió una oleada de placer en el sexo, como si esa parte tuviera pulso propio. Miró el banco, que se le antojaba aterrador e increíblemente atrayente a la vez. Quería que Dante estuviera orgulloso de ella. Quería sentirse orgullosa de ella misma también. —Dante… 9