Juan Abreu
Diosa
Amo, y su Sumisa y Alumna, Maestro, pasan por una etapa de
exaltación sexual sin precedentes, hasta donde recuerdo. Sólo
hablamos de sexo, dominación, entrega, y hacemos el amor con
mucha frecuencia; lo que no nos calma, paradójicamente, sino que
aumenta nuestra lujuria; la frecuencia de las sesiones también ha
aumentado.
Amo aprende y cobra confianza, y yo soy la beneficiaría de sus
avances.
Sí, mi sueño tenía lugar en Osaka. ¿Cree usted que constituía
un homenaje inconsciente al poeta del que me habla?
Si existiese esa posibilidad, ¡qué hermoso sería!
¿No?
Sumisa Laura
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