Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 9
Espero que haya ido bien.
Y gracias por el planeador. Has sido muy amable.
Ocupa un lugar preferente en mi mesa.
Christian
Me quedo mirando la tarjeta impresa, la grieta de mi pecho se ensancha.
Sin duda, esto lo ha enviado su asistente. Probablemente Christian ha tenido muy poco
que ver. Me duele demasiado pensar eso. Observo las rosas: son preciosas, y no soy
capaz de tirarlas a la basura. Voy hacia la cocina, diligente, a buscar un jarrón.
Y así se establece un patrón: despertar, trabajar, llorar, dormir. Bueno,
tratar de dormir. No consigo huir de él ni en sueños. Sus ardientes ojos grises, su
mirada perdida, su cabello castaño y brillante, todo me persigue. Y la música… tanta
música… no soporto oír ningún tipo de música. Procuro evitarla a toda costa. Incluso
las melodías de los anuncios me hacen temblar.
No he hablado con nadie, ni siquiera con mi madre, ni con Ray. Ahora
mismo soy incapaz de tener una conversación banal. No, no quiero nada de eso. Me he
convertido en mi propia isla independiente. Una tierra saqueada y devastada por la
guerra, donde no crece nada y cuyo porvenir es inhóspito. Sí, esa soy yo. Puedo
interactuar de forma impersonal en el trabajo, pero nada más. Si hablo con mamá, sé
que acabaré más destrozada aún… y ya no me queda nada por destrozar.
Me cuesta comer. El miércoles a la hora del almuerzo conseguí comerme
una taza de yogur, y era lo primero que había comido desde el viernes. Estoy
sobreviviendo gracias a una recién descubierta tolerancia a base de cafés con leche y
Coca-Cola light. Lo que me mantiene en marcha es la cafeína, pero me provoca
ansiedad.
Jack ha empezado a estar muy encima de mí, me molesta, me hace preguntas
personales. ¿Qué quiere? Yo me muestro educada, pero he de mantenerle a distancia.
Me siento y reviso un montón de correspondencia dirigida a él, y me gusta
distraerme con esa tarea insignificante. Suena un aviso de correo electrónico y
rápidamente compruebo de quién es.
Santo cielo. Un correo de Christian. Oh, no, aquí no… en el trabajo no.
De: Christian Grey
Fecha: 8 de junio de 2011 14:05
Para: Anastasia Steele
Asunto: Mañana
Querida Anastasia:
Perdona esta intromisión en el trabajo. Espero que esté yendo bien.
¿Recibiste mis flores?
Me he dado cuenta de que mañana es la inauguración de la exposición de
tu amigo en la galería, y estoy seguro de que no has tenido tiempo de comprarte un
coche, y eso está lejos. Me encantaría acompañarte… si te apetece.