Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 82
sus gustos personales.
—Mis gustos son eclécticos, Anastasia. De Thomas Tallis a los Kings of Leon.
Depende de mi estado de ánimo. ¿Y los tuyos?
—Los míos también. Aunque no conozco a Thomas Tallis.
Se gira, me mira un instante y vuelve a fijar los ojos en la carretera.
—Algún día te tocaré algo de él. Es un compositor británico del siglo XVI.
Música coral eclesiástica de la época de los Tudor. —Me sonríe—. Suena muy
esotérico, lo sé, pero es mágica.
Pulsa un botón y empiezan a sonar los Kings of Leon. A estos los conozco. «Sex
on Fire.» Muy oportuno. De pronto el sonido de un teléfono móvil interrumpe la
música. Christian pulsa un botón del volante.
—Grey —contesta bruscamente.
—Señor Grey, soy Welch. Tengo la información que pidió.
Una voz áspera e incorpórea que llega por los altavoces.
—Bien. Mándemela por e-mail. ¿Algo más?
—Nada más, señor.
Pulsa el botón, la llamada se corta y vuelve a sonar la música. Ni adiós ni
gracias. Me alegro mucho de no haberme planteado la posibilidad de trabajar para
él. Me estremezco solo de pensarlo. Es demasiado controlador y frío con sus
empleados. El teléfono vuelve a interrumpir la música.
—Grey.
—Le han mandado por e-mail el acuerdo de confidencialidad, señor Grey.
Es una voz de mujer.
—Bien. Eso es todo, Andrea.
—Que tenga un buen día, señor.
Christian cuelga pulsando el botón del volante. La música apenas ha empezado
a sonar cuando vuelve a sonar el teléfono. ¿En esto consiste su vida, en contestar
una y otra vez al teléfono?
—Grey —dice bruscamente.
—Hola, Christian. ¿Has echado un polvo?
—Hola, Elliot… Estoy con el manos libres, y no voy solo en el coche.
Christian suspira.