Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 388

—No has respondido a mi pregunta —murmuro. —No —dice en voz baja, y me mira con una mezcla de asombro y recelo. —¿No has respondido a mi pregunta o no, no la querías? Se cruza de brazos y se apoya en la pared; una leve sonrisa se dibuja en sus labios. —¿A qué has venido, Anastasia? —Ya te lo he dicho. Suspira hondo. —No, no la quería. Me mira ceñudo, divertido pero perplejo. Acabo de darme cuenta de que estaba conteniendo la respiración. Al soltar el aire, me desinflo como un saco viejo. Uf, gracias a Dios… ¿Cómo me habría sentido si me hubiera dicho que quería a esa bruja? —Tú eres mi diosa de ojos verdes, Anastasia. ¿Quién lo habría dicho? —¿Se burla de mí, señor Grey? —No me atrevería. Niega con la cabeza, solemne, pero veo un destello de picardía en sus ojos. —Huy, claro que sí, y de hecho lo haces, a menudo. Sonríe satisfecho al ver que le devuelvo las palabras que me ha dicho él antes. Su mirada se oscurece. —Por favor, deja de morderte el labio. Estás en mi habitación, hace casi tres días que no te veo y he hecho un largo viaje en avión para verte. Su tono pasa de suave a sensual. Le suena la BlackBerry, distrayéndonos a los dos, y la apaga sin mirar siquiera quién es. Se me entrecorta la respiración. Sé cómo va a terminar esto… pero se supone que íbamos a hablar. Se acerca a mí con su mirada sexy de depredador. —Quiero hacerlo, Anastasia. Ahora. Y tú también. Por eso has venido. —Quería saber la respuesta, de verdad —alego en mi defensa. —Bueno, ahora que lo sabes, ¿te quedas o te vas? Me ruborizo cuando se planta delante de mí. —Me quedo —murmuro, mirándolo nerviosa.