Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 315

Christian aprieta la mandíbula y Kate pone esa cara suya de metomentodo y me sonríe con desmesurada dulzura. —Ana se merece un descanso —le suelta sin rodeos a Christian. ¿Por qué se muestra tan hostil con él? ¿Qué problema tiene? —¿Tienes entrevistas? —me pregunta el señor Grey. —Sí, mañana, para un puesto de becaria en dos editoriales. —Te deseo toda la suerte del mundo. —La cena está lista —anuncia Grace. Nos levantamos todos. Kate y Elliot salen de la habitación detrás del señor Grey y de Mia. Yo me dispongo a seguirlos, pero Christian me agarra de la mano y me para en seco. —¿Cuándo pensabas decirme que te marchabas? —inquiere con urgencia. Lo hace en voz baja, pero está disimulando su enfado. —No me marcho, voy a ver a mi madre y solamente estaba valorando la posibilidad. —¿Y qué pasa con nuestro contrato? —Aún no tenemos ningún contrato. Frunce los ojos y entonces parece recordar. Me suelta la mano y, cogiéndome por el codo, me conduce fuera de la habitación. —Esta conversación no ha terminado —me susurra amenazador mientras entramos en el comedor. Eh, para. No te enfades tanto y devuélveme las bragas. Lo miro furiosa. El comedor me recuerda nuestra cena íntima en el Heathman. Una lámpara de araña de cristal cuelga sobre la mesa de madera noble y en la pared hay un inmenso espejo labrado y muy ornamentado. La mesa está puesta con un mantel de lino blanquísimo y un cuenco con petunias de color rosa claro en el centro. Impresionante. Ocupamos nuestros sitios. El señor Grey se sienta a la cabecera, yo a su derecha y Christian a mi lado. El señor Grey coge la botella de vino tinto y le ofrece a Kate. Mia se sienta al lado de Christian, le coge la mano y se la aprieta fuerte. Christian le sonríe cariñoso. —¿Dónde conociste a Ana? —le pregunta Mia. —Me entrevistó para la revista de la Universidad Estatal de Washington.