Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 288

recordaba; aunque solo hace una semana que estuve aquí, me parece que haga mucho más. Christian parece tranquilo y sereno; de hecho, está divino. Viste vaqueros y una camisa suelta de lino blanco; no lleva zapatos ni calcetines. Tiene el pelo revuelto y despeinado, y en sus ojos hay un brillo malicioso. Se levanta y se acerca despacio a mí, con una sonrisa satisfecha en esos labios tan bien esculpidos. Yo sigo inmóvil a la puerta del salón, paralizada por su belleza y la dulce expectación ante lo que se avecina. La corriente que hay entre nosotros está ahí, encendiéndose lentamente en mi vientre, atrayéndome hacia él. —Mmm… ese vestido —murmura complacido mientras me examina de arriba abajo—. Bienvenida de nuevo, señorita Steele —susurra y, cogiéndome de la barbilla, se inclina y me deposita un beso suave en la boca. El contacto de sus labios y los míos resuena por todo mi cuerpo. Se me entrecorta la respiración. —Hola —respondo ruborizándome. —Llegas puntual. Me gusta la puntualidad. Ven. —Me coge de la mano y me lleva al sofá—. Quiero enseñarte algo —dice mientras nos sentamos. Me pasa el Seattle Times. En la página ocho, hay una fotografía de los dos en la ceremonia de graduación. Madre mía. Salgo en el periódico. Leo el pie de foto. Christian Grey y su amiga en la ceremonia de graduación de la Universidad Estatal de Washington, en Vancouver. Me echo a reír. —Así que ahora soy tu «amiga». —Eso parece. Y sale en el periódico, así que será cierto. Sonríe satisfecho. Está sentado a mi lado, completamente vuelto hacia mí, con una pierna metida debajo de la otra. Alarga la mano y me coloca un mechón de pelo detrás de la oreja con el índice. Mi cuerpo revive con sus caricias, ansioso y expectante. —Entonces, Anastasia, ahora tienes mucho más claro cuál es mi rollo que la otra vez que estuviste aquí. —Sí. ¿Adónde pretende llegar?