Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 226
con él, involuntariamente mi cara se la devuelve.
—Para que lo sepas, corro muy deprisa. Dile que soy un amigo, Anastasia.
Abre la puerta y sale. La cabeza me da vueltas. El rector, los tres vicerrectores,
cuatro profesores y Kate se me quedan mirando cuando paso a toda prisa por
delante de ellos. Mierda. Dejo a Christian con los profesores y voy a buscar a Ray.
«Dile que soy un amigo.»
Amigo con derecho a roce, me dice mi subconsciente con mala cara. Lo sé, lo sé.
Me quito de encima el desagradable pensamiento. ¿Cómo voy a presentárselo a
Ray? La sala sigue todavía medio llena, y Ray no se ha movido de su sitio. Me ve,
me hace un gesto con la mano y empieza a bajar.
—Annie, felicidades —me dice pasándome el brazo por los hombros.
—¿Te apetece venir a tomar algo al entoldado?
—Claro. Hoy es tu día. Vamos.
—No tenemos que ir si no quieres.
Por favor, di que no…
—Annie, he estado dos horas y media sentado, escuchando todo tipo de
parloteos. Necesito una copa.
Le cojo del brazo y avanzamos entre la multitud a través de la cálida tarde.
Pasamos junto a la cola del fotógrafo oficial.
—Ah, lo olvidaba… —Ray se saca una cámara digital del bolsillo—. Una foto
para el álbum, Annie.
Pongo los ojos en blanco mientras me saca una foto.
—¿Puedo quitarme ya la toga y el birrete? Me siento medio tonta.
Eres medio tonta… Mi subconsciente está de lo más sarcástico. Así que vas a
presentar a Ray al hombre con el que follas… Estará muy orgulloso. Mi
subconsciente me observa por encima de sus gafas de media luna. A veces la odio.
El entoldado es inmenso y está lleno de gente: alumnos, padres, profesores y
amigos, todos charlando alegremente. Ray me pasa una copa de champán, o de
vino espumoso barato, me temo. No está frío y es dulzón. Pienso en Christian…
No va a gustarle.
—¡Ana!
Al girarme, Ethan Kavanagh me coge de improviso entre sus brazos. Me levanta
y me da vueltas en el aire sin que se me derrame el vino. Toda una proeza.