Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 192
He dejado impresionada a Kate. No pensaba que eso fuera posible. Me encojo de
hombros a modo de disculpa.
—Utiliza el sexo como un arma.
—¿Te echa un polvo para someterte?
Mueve la cabeza contrariada. Pestañeo y siento que estoy poniéndome colorada.
Oh… has dado en el clavo, Katherine Kavanagh, vas a ganar el Pulitzer.
—Ana, no lo entiendo. ¿Y le dejas que te haga el amor?
—No, Kate, no hacemos el amor… follamos… como dice Christian. No le
interesa el amor.
—Sabía que había algo raro en él. Tiene problemas con el compromiso.
Asiento, como si estuviera de acuerdo, pero por dentro suspiro. Ay, Kate…
Ojalá pudiera contártelo todo sobre este tipo extraño, triste y perverso, y ojalá tú
pudieras decirme que lo olvidara, que dejara de ser una idiota.
—Me temo que la situación es bastante abrumadora —murmuro.
Me quedo muy, muy corta.
Como no quiero seguir hablando de Christian, le pregunto por Elliot. Con solo
mencionar su nombre, la actitud de Katherine cambia radicalmente. Se le ilumina
la cara y me sonríe.
—El sábado vendrá temprano para ayudarnos a cargar.
Estrecha el cepillo con fuerza contra su pecho —vaya, le ha pillado fuerte—, y
siento una vaga y familiar punzada de envidia. Kate ha encontrado a un hombre
normal y parece muy feliz.
Me giro hacia ella y la abrazo.
—Ah, casi me olvido. Tu padre ha llamado cuando estabas… bueno, ocupada.
Parece que Bob ha tenido un pequeño accidente, así que tu madre y él no podrán
venir a la entrega de títulos. Pero tu padre estará aquí el jueves. Quiere que lo
llames.
—Vaya… Mi madre no me ha llamado para decírmelo. ¿Está bien Bob?
—Sí. Llámala mañana. Ahora es tarde.
—Gracias, Kate. Ya estoy bien. Mañana llamaré también a Ray. Creo que me voy
a acostar.
Sonríe, pero arruga los ojos preocupada.
Cuando ya se ha marchado, me siento, vuelvo a leer el contrato y voy tomando