Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 162
—¡No es asunto tuyo!
—¿Es por el dinero?
—¡José! ¿Cómo te atreves? —le grito, atónita por su atrevimiento.
—Ana —dice con voz quejumbrosa, en tono de disculpa.
Ahora mismo no estoy para aguantar sus mezquinos celos. Sé que está dolido,
pero ya tengo bastante con lidiar con Christian Grey.
—Quizá podríamos tomar un café mañana. Te llamaré —le digo en tono
conciliador.
Es mi amigo y le tengo mucho cariño, pero en estos momentos no estoy para
aguantar estas cosas.
—Vale, mañana. ¿Me llamas tú?
Su voz esperanzada me conmueve.
—Sí… Buenas noches, José.
Cuelgo sin esperar su respuesta.
—¿De qué va todo esto? —me pregunta Katherine con las manos en las caderas.
Decido que lo mejor es decirle la verdad. Parece más obstinada que nunca.
—El viernes intentó besarme.
—¿José? ¿Y Christian Grey? Ana, tus feromonas deben de estar haciendo horas
extras. ¿En qué estaba pensando ese imbécil?
Mueve la cabeza enfadada y sigue empaquetando.
Tres cuartos de hora después hacemos una pausa para degustar la especialidad
de la casa, mi lasaña. Kate abre una botella de vino y nos sentamos a comer entre
las cajas, bebiendo vino tinto barato y viendo programas de televisión basura. La
normalidad. Es bien recibida y tranquilizadora después de las últimas cuarenta y
ocho horas de… locura. Es mi primera comida en dos días sin preocupaciones, sin
que me insistan y en paz. ¿Qué problema tiene Christian con la comida? Kate
recoge los platos mientras yo acabo de empaquetar lo que queda en el salón. Solo
hemos dejado el sofá, la tele y la mesa. ¿Qué más podríamos necesitar? Solo falta
por empaquetar el contenido de nuestras habitaciones y la cocina, y tenemos toda
la semana por delante.
Vuelve a sonar el teléfono. Es Elliot. Kate me guiña un ojo y se mete en su
habitación dando saltitos como una quinceañera. Sé que debería estar escribiendo
su discurso por haber sido la mejor alumna de la promoción, pero parece que Elliot