Literary Arts Magazine Spring 2010 | Page 9

La historia del sapo y la rosa No hay mal que por bien no venga Por Ramón González Por Ramón González Un rey se corto un dedo, fue y le conto al primer ministro. El ministro le dijo es para su bien pero el rey se molesto y le dijo: ¿En qué cabeza cabe que quitándome un dedo va para bien? Estás loco, vete ahorita porque tú ya no trabajas conmigo. El primer ministro le contesto: está bien mi rey. Le entrego sus pertenencias y se fue. Un día el rey caminaba en su carruaje y los indios lo apresaron para hacer en sacrificio a su Dios. El rey les dice: como se atrae el bien, soy rey. Los indios le contestaron que sería bueno para su Dios que le entregaran a un rey; ya lo tenían atado e iban con el cuchillo para degollarlo. De repente el rey de los indios dijo en vos alta, momento. Dios no quiere nada que no sea perfecto, a este rey le falta un dedo suéltenlo. El rey inmediatamente se acordó del primer ministro lo llamo y le dio nuevamente su puesto sin preguntar nada. El rey un poco incomodo le comento la historia que le había sucedido. El primer ministro contesto bien, los indios hubieran dicho no matamos al rey vamos a matar al ministro. Mi vida estaba en peligro a sí que no hay bien que por mal no venga. Había una planta de rosa y platicaba intensamente con el sapo. La rosa se sentía bien y así transcurría el tiempo. La gente pasaba observando la hermosura de la rosa les llamaba la