La historia
del sapo y la rosa
No hay mal que por
bien no venga
Por Ramón González
Por Ramón González
Un rey se corto un dedo, fue y le
conto al primer ministro. El ministro le
dijo es para su bien pero el rey se molesto y le dijo: ¿En qué cabeza cabe que
quitándome un dedo va para bien? Estás
loco, vete ahorita porque tú ya no trabajas conmigo. El primer ministro le contesto: está bien mi rey. Le entrego sus
pertenencias y se fue.
Un día el rey caminaba en su carruaje y los indios lo apresaron para
hacer en sacrificio a su Dios. El rey les
dice: como se atrae el bien, soy rey. Los
indios le contestaron que sería bueno
para su Dios que le entregaran a un rey;
ya lo tenían atado e iban con el cuchillo
para degollarlo. De repente el rey de los
indios dijo en vos alta, momento. Dios no
quiere nada que no sea perfecto, a este
rey le falta un dedo suéltenlo. El rey inmediatamente se acordó del primer ministro lo llamo y le dio nuevamente su
puesto sin preguntar nada. El rey un poco incomodo le comento la historia que
le había sucedido.
El primer ministro contesto bien,
los indios hubieran dicho no matamos al
rey vamos a matar al ministro. Mi vida
estaba en peligro a sí que no hay bien
que por mal no venga.
Había una planta de rosa y platicaba intensamente con el sapo. La rosa se sentía bien y así transcurría el tiempo. La gente pasaba observando la hermosura de la rosa les
llamaba la