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Un Gobierno Monotemático
SAN JOSÉ, Costa Rica-(Especial para el periódico Información/Houston, Texas) Las dos
últimas administraciones presidenciales costarricenses solo han manejado un tema,
olvidándose de todo lo demás, de lo que realmente importa para el bienestar general de su
pueblo y la estabilidad económica de la nación. Además, es un tema pueril por sí mismo,
más aún si lo comparamos con otros aspectos, como hemos dicho. Estas dos
administraciones que han estado en manos del Partido Acción Ciudadana (PAC), con el ex
mandatario Luis Guillermo Solís (de ingrato recuerdo ya), y del actual, Carlos Alvarado, le
han dado suprema importancia al tema del matrimonio y los derechos de los homosexuales,
para hacerlo ley de la República. Han derrochado recursos financieros, tiempo, esfuerzos y
palabrería en defender a esos presuntos derechos alienados de la comunidad lésbico/gay.
Lo cierto es que ese único tema cansa, se ha tornado en algo así como un abuso ante
un pueblo que necesita de soluciones prontas y precisas a sus graves problemas y no
escuchar únicamente de un sector, como lo es el homosexual, que es reducido
numéricamente, socialmente y productivamente y que es incapaz de fijar el derrotero de la
nación desde ningún punto de vista. Es así como estas dos administraciones del PAC han
sido total y absolutamente monotemáticas, con ex ministras, como Ana Helena Chacón,
durante los cuatro años anteriores, sumida, “metida hasta el cuello” en defender a los
presuntos derechos vejados de los homosexuales, en detrimento de los derechos de la gran
mayoría de ciudadanos, quienes cada día ven como las pésimas finanzas del Estado los
tienen más empobrecidos, con el sistema de salud al borde del caos y con una delincuencia
en las calles que les roban las vidas a sus hijos, hermanos y padres, por culpa de dos
gobiernos ineficientes e imbuidos en ese “monotema” absurdo, incongruente con la realidad
e impreciso con lo que urge a nivel nacional.
La semana pasada, la llamada Sala IV (o Sala Constitucional), un grupo de
Magistrados que tiene el poder de cambiar muchas cosas en Costa Rica, con solo un
“ademán”, se reunió en pleno para discutir el cansino tema del matrimonio entre lesbianas y
homosexuales. Afuera, en las calles aledañas, los miembros de esa reducida comunidad,
hacían la bulla de siempre, presionando a los letrados para que les apoyaran en todo lo que
ellos exigen. El país detuvo el pulso en forma inaudita, porque el asunto no da para tanto;
pero la prensa costarricense, siempre urgida de esta clase de situaciones para ganar rating,
divulgaba las escenas y pormenores a placer. La decisión final de los magistrados fue algo
así como “tirar la brasa ardiente” al Congreso de los diputados y no tomó ninguna decisión
al respecto; es decir, serán los parlamentarios quienes deberán determinar si los
homosexuales podrán casarse o nó.
El problema de fondo en el plenario legislativo radica en que tiene que discutir y
aprobar el presupuesto nacional, en el que hacen falta millones de millones de colones que
el gobierno anterior, también del PAC, no resolvió con responsabilidad y más bien ayudó a
aumentar ese déficit. “No se me informó (de ese faltante millonario)”, dijo el exministro de