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El Istmo Reacciona ante Nicaragua
AMÉRICA CENTRAL-(Especial para el periódico Información/Houston, Texas) Si en el
mundo globalizado afecta a una superpotencia como los Estados Unidos, lo que suceda en
el sudeste asiático en naciones más pequeñas, con mucho más razón afecta en una región
como Centroamérica, cuando uno de sus países se encuentra con serias dificultades en lo
interno. En este caso concreto, la crisis nicaragüense está afectando seriamente a toda la
esta “faja” de tierra que une a las dos masas continentales. Y es por eso que las reacciones
de los gobernantes, empresarios, diplomáticos y los pueblos vecinos, opinan y tratan de
encontrar soluciones prácticas a lo que sucede en Nicaragua.
En lo que estriba a Guatemala, la cúpula empresarial pidió el fin de la dictadura que
encabeza Daniel Ortega y su mujer, para frenar la aguda y amarga situación, luego de una
ola de represión contra las protestas opositoras y que ha arrojado más de tres centenares de
muertos en las calles. En un comunicado emitido la semana pasada, el Comité Coordinador
de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), que es la
principal y más influyente gremial de Guatemala, señala que “Nicaragua no será un país
viable para la paz y el desarrollo, mientras el régimen actual siga en el poder.” Así de
categóricas fueron las palabras de “los hombres fuertes” del sector empresarial
guatemalteco. Seguidamente la CACIF acusó al gobierno dictatorial de Ortega, “de cometer
atropellos contra las familias nicaragüenses” e hizo un llamado a la presidencia de
Guatemala, para que retire a su embajador en Managua, Jaime Regalado, como una medida
de presión para demandar el cese de la violencia. Finalmente, pidieron a sus colegas de toda
América Latina, para que exijan a sus respectivos gobiernos, la salida de sus diplomáticos
de Nicaragua y “emitir un posicionamiento contundente ante esta lamentable situación.”
Puntualizó.
En lo que se refiere a Panamá, su Ejecutivo se ofreció a actuar como mediador ante
la crisis nicaragüense, constituyéndose en el país número 13 de Latinoamérica que exige “el
cese inmediato de los actos de violencia, intimidación y amenazas en Nicaragua.” La
Cancillería panameña dio a conocer que está dispuesta a participar en cualquier proceso de
diálogo, para solventar la grave situación por la que atraviesa esa nación, según dijo el
Canciller interino Luis Miguel Hincapié. “Nosotros estaríamos dispuestos a participar en
cualquier tipo de resolución, para que el conflicto de Nicaragua sea resuelto.” Manifestó el
diplomático. Añadió que es indispensable que la dictadura comunista de Ortega y su mujer,
desmantelen a los grupos paramilitares, para que dejen de agredir al pueblo que protesta en
las vías públicas.
Sin embargo, la mayor preocupación la tiene Costa Rica, un país fronterizo con
Nicaragua, al sur, y que está sintiendo la fuerte inmigración de nicaragüenses hacia su
territorio, un fenómeno que data desde 1979, cuando se produjo la caída de Anastasio
Somoza, y que se ha mantenido “in crescendo” desde entonces. En la actualidad, viven
entre los costarricenses más de 2 millones de ciudadanos de aquella nación, de manera legal