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¿En Nicaragua, es el Principio del Fin?
TERRITORIO NACIONAL-(Especial para el periódico Información/Houston, Texas) En
una dictadura en la que solo los jerarcas y los altos mandos militares llevan vidas de lujo y
el pueblo carece de lo elemental, la presión social, tarde o temprano, termina levantándose
contra esa situación de ignominia y con toda la razón de su lado. Eso se veía venir en esta
Nicaragua sojuzgada y saqueada una y otra vez por la pareja que tiene el poder y que ha
venido haciendo más estrechas las posibilidades para que la democracia surja, tal y como
quieren los ciudadanos. En esta misma columna, desde que Daniel Ortega y su mujer,
siguiendo las directrices desde La Habana y Caracas, hemos venido denunciando los
atropellos que un día se dan contra la población civil… y otro día también. Por eso no nos
sorprende el alzamiento de este mismo pueblo, que, más bien, había tardado en producirse
ante las situaciones de hambre, falta de empleo y demás vejaciones que sufre y que
provienen en línea directa de sus dictadores.
Cuando redacto esta columna, las informaciones dicen que ha habido más de 25
muertos y decenas de heridos, debido a los enfrentamientos entre la policía, efectivos del
ejército y los manifestantes. Hay represión armada en todo el país, mientras el enfado de
los pobladores sigue en aumento. “La gota que rebalsó al vaso” sucedió cuando los
ciudadanos se lanzaron a las calles en protesta contra las reformas que los dictadores
quieren poner en práctica en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). Los
pobladores salieron a las vías públicas en todo el país y en las principales ciudades, ya que
el decreto promulgado por el dictador Daniel Ortega ordena que el aporte económico de los
trabajadores y empleadores sufrirá un aumento monetario, las pensiones serán reducidas y
será creado un tributo ilegal a las mismas pensiones, del 5 por ciento, como parte del abuso
que plantea el gobierno dictatorial en contra de la gran masa trabajadora.
Esa decisión unilateral del gobierno de Ortega y su mujer, hizo que miles de
nicaragüenses se agolparan contra las sedes del INSS en varias ciudades, mientras el
régimen les respondió con la policía antimotines y turbas organizadas clandestinamente por
el mismo Estado sandinista, que se ha encargado de golpear a los manifestantes y robarles
sus pocas pertenencias. Jóvenes universitarios, ancianos pensionados, activistas de la
sociedad civil y periodistas de distintos medios de comunicación, han sido víctimas de la
llamada “juventud sandinista”, dejados “a la libre” por las fuerzas policiales en los
momentos cuando atacaban a las personas inconformes con las medidas implantadas por la
pareja dictatorial. “La juventud sandinista ha sido apoyada descaradamente por la policía,
en una típica operación de terrorismo de Estado”, señaló una joven que fue agredida
brutalmente cuando caminaba de manera pacífica por la Capital, Managua. “Además de
golpearnos sin misericordia, nos robaron los teléfonos celulares, cámaras de prensa y
cuanto material nos pudieron arrebatar.” Manifestó un periodista. Al tercer día de caos, con
incendios de edificios gubernamentales, ciudadanos encarcelados y más de 25 muertos
entre la población civil, el dictador Daniel Ortega anunció su deseo de retornar al diálogo
con el sector que se le enfrenta en las calles. El tiranuelo Ortega y su mujer, han pedido al