LIBRO DE ENOC - EDICIÓN ESPECIAL El libro de Enoc | Page 33

EL LIBRO DE ENOC La del medio se elevaba hasta el cielo como el trono del Señor y la parte alta del trono era de zafiro. Yo vi un fuego ardiente, y más allá de esas montañas está una región donde termina la gran tierra, y ahí culminan los cielos. Luego me fue mostrado un profundo abismo entre columnas de fuego celeste, y vi en él columnas de fuego que descendían al fondo y cuya altura y profundidad eran inconmensurables; y más allá de este abismo vi un sitio sobre el cual no se extendía el firmamento, bajo el cual no había tampoco cimientos de la tierra; sobre el que no había ni agua ni pájaros, sino que era un lugar desierto y terrible. Allí vi siete estrellas parecidas a grandes montañas, que ardían, y cuando pregunté sobre esto, El ángel me dijo: «Este sitio es el final del cielo y de la tierra; ha llegado a ser la prisión de las estrellas y de los poderes del cielo. “Las estrellas que ruedan sobre el fuego son las que han transgredido el mandamiento del Señor, desde el comienzo de su ascenso, porque no han llegado a su debido tiempo; y Él se irritó contra ellas y las ha encadenado hasta el tiempo de la consumación de su culpa para siempre, en el año del misterio». Capítulo 19 Después Sariel me dijo: “Aquí estarán los Vigilantes que se han conectado por su propia cuenta con mujeres. Sus espíritus asumiendo muy diversas apariencias se han corrompido y han descarriado a los humanos para que sacrifiquen a demonios y dioses, hasta el día del gran juicio, en que serán juzgados y encontrarán su final. «En cuanto a sus mujeres, las que fueron seducidas por los Vigilantes, se volverán sosegadas». Yo Enoc, solo, he visto la visión, el final de todas las cosas y ningún humano ha visto lo que yo he visto. 33