1. 16 –2. 9
Rut
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dioses; vuélvete tú tras ella. Respondió Rut: No me ruegues
que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú
fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo
17 será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, mo-
riré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me
añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.
18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo
19 más. Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén;
y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se
20 conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí? Y
ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara;
porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos va-
cías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado
22 testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido? Así
volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los
campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega
de la cebada.
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Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la
2 familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabi-
ta dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré
espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le
3 respondió: Ve, hija mía. Fue, pues, y llegando, espigó en el
campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte
del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.
4 Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jeho-
vá sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga.
5 Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De
6 quién es esta joven? Y el criado, mayordomo de los segadores,
respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí
7 de los campos de Moab; y ha dicho: Te ruego que me dejes
recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró,
pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar
8 ni aun por un momento. Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hi-
ja mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y
9 aquí estarás junto a mis criadas. Mira bien el campo que sie-
guen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no
te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del
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