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Jueces
3. 8–24
hová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales
y a las imágenes de Asera. Y la ira de Jehová se encendió
contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de
Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim
ocho años. Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y
Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró;
esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. Y
el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió
a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey
de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim. Y re-
posó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.
Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de
Jehová; y Jehová fortaleció a Eglón rey de Moab contra Israel,
por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová. Éste
juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y vino e hirió
a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras. Y sirvieron los
hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas dieciocho años. Y
clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová les levantó un
libertador, a Aod hijo de Gera, benjamita, el cual era zurdo.
Y los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón rey
de Moab. Y Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un
codo de largo; y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado de-
recho. Y entregó el presente a Eglón rey de Moab; y era Eglón
hombre muy grueso. Y luego que hubo entregado el presen-
te, despidió a la gente que lo había traído. Mas él se volvió
desde los ídolos que están en Gilgal, y dijo: Rey, una palabra
secreta tengo que decirte. Él entonces dijo: Calla. Y salieron
de delante de él todos los que con él estaban. Y se le acercó
Aod, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo:
Tengo palabra de Dios para ti. Él entonces se levantó de la si-
lla. Entonces alargó Aod su mano izquierda, y tomó el puñal
de su lado derecho, y se lo metió por el vientre, de tal manera
que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura
cubrió la hoja, porque no sacó el puñal de su vientre; y salió el
estiércol. Y salió Aod al corredor, y cerró tras sí las puertas
de la sala y las aseguró con el cerrojo. Cuando él hubo salido,
vinieron los siervos del rey, los cuales viendo las puertas de la
sala cerradas, dijeron: Sin duda él cubre sus pies en la sala de
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