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Josué
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los cuales envió de noche. Y les mandó, diciendo: Atended,
pondréis emboscada a la ciudad detrás de ella; no os alejaréis
mucho de la ciudad, y estaréis todos dispuestos. Y yo y to-
do el pueblo que está conmigo nos acercaremos a la ciudad; y
cuando salgan ellos contra nosotros, como hicieron antes, hui-
remos delante de ellos. Y ellos saldrán tras nosotros, hasta
que los alejemos de la ciudad; porque dirán: Huyen de nos-
otros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.
Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada y tomaréis la
ciudad; pues Jehová vuestro Dios la entregará en vuestras ma-
nos. Y cuando la hayáis tomado, le prenderéis fuego. Haréis
conforme a la palabra de Jehová; mirad que os lo he mandado.
Entonces Josué los envió; y ellos se fueron a la emboscada, y
se pusieron entre Bet-el y Hai, al occidente de Hai; y Josué
se quedó aquella noche en medio del pueblo. Levantándose
Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo, y subió él, con
los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai. Y toda
la gente de guerra que con él estaba, subió y se acercó, y lle-
garon delante de la ciudad, y acamparon al norte de Hai; y el
valle estaba entre él y Hai. Y tomó como cinco mil hombres,
y los puso en emboscada entre Bet-el y Hai, al occidente de
la ciudad. Así dispusieron al pueblo: todo el campamento al
norte de la ciudad, y su emboscada al occidente de la ciudad, y
Josué avanzó aquella noche hasta la mitad del valle. Y acon-
teció que viéndolo el rey de Hai, él y su pueblo se apresuraron
y madrugaron; y al tiempo señalado, los hombres de la ciudad
salieron al encuentro de Israel para combatir, frente al Ara-
bá, no sabiendo que estaba puesta emboscada a espaldas de la
ciudad. Entonces Josué y todo Israel se fingieron vencidos y
huyeron delante de ellos por el camino del desierto. Y todo el
pueblo que estaba en Hai se juntó para seguirles; y siguieron
a Josué, siendo así alejados de la ciudad. Y no quedó hombre
en Hai ni en Bet-el, que no saliera tras de Israel; y por seguir
a Israel dejaron la ciudad abierta. Entonces Jehová dijo a Jo-
sué: Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque
yo la entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad
la lanza que en su mano tenía. Y levantándose prontamente
de su lugar los que estaban en la emboscada, corrieron luego