Libro de ENOC BIBLIA COMPLETA (Enoc) | Page 171

83 Éxodo 2. 17 –3. 9 agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su pa- dre. Mas los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces 17 Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas. Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis 18 venido hoy tan pronto? Ellas respondieron: Un varón egipcio 19 nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas. Y dijo a sus hijas: ¿Dónde 20 está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma. Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él 21 dio su hija Séfora por mujer a Moisés. Y ella le dio a luz un 22 hijo; y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Forastero soy en tierra ajena. Aconteció que después de muchos días 23 murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, 24 y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró 25 Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios. Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacer- 3 dote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Je- 2 hová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, 3 por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba 4 a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; 5 quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de 6 Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Dijo 7 luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de 8 mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha veni- 9 do delante de mí, y también he visto la opresión con que los