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Génesis
41. 22–42
Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma
caña, llenas y hermosas. Y que otras siete espigas menudas,
marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas;
y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas;
y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete.
Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno
mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. Las sie-
te vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son
siete años: el sueño es uno mismo. También las siete vacas
flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las sie-
te espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años
serán de hambre. Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que
Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. He aquí vienen
siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Y
tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia
será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá
la tierra. Y aquella abundancia no se echará de ver, a cau-
sa del hambre siguiente la cual será gravísima. Y el suceder
el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de
parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. Por tanto,
provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y pón-
galo sobre la tierra de Egipto. Haga esto Faraón, y ponga
gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los
siete años de la abundancia. Y junten toda la provisión de
estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano
de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete
años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no
perecerá de hambre. El asunto pareció bien a Faraón y a sus
siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro
hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo
Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no
hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y
por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el
trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He
aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces
Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de
José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar
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